«Pablo Luque Pinilla (1971) con Los ojos de tu nombre (2004). Un poeta de fuerte sentido urbano en apariencia, pues es sólo pretexto para el canto de un yo interrogante y dolorido, muy alejado del "rimado de ciudad" propuesto por la nueva sentimentalidad (a pesar de algún homenaje). Las citas de Claudio Rodríguez y de Rafael Morales puede dar idea de que el paraje que se camina es otro, aunque en algunas facetas próximo a Morales en la utilización de lenguajes impuros y a Rodríguez en su anclaje y sensibilidad. Pero la voz es propia, y también su capacidad tropológica e imaginario, donde encuentra renovadas analogías. Un libro donde el yo impelido en medio del asfalto encuentra sólo sombras y busca un refugio que no encuentra, y donde la tristeza que embarga sus secciones se impone (y en ese sentido hay que leer muy atentamente la sección titulada La morada)».